La Vanguardia & Don Carlos Guerrero

Al sud de Buchardo se encuentra la estancia “La Vanguardia”, uno de los establecimientos agrícola – ganadero más importante de la zona, fundado por Carlos Guerrero, a fines del año 1881, hace más de 100 años.

Las tierras que conforman la estancia “La Vanguardia” fueron compradas por Carlos Guerrero al Superior Gobierno de la Nación, siendo el título de propiedad expedido por el entonces Presidente de la República, Teniente General Julio Argentino Roca y su ministro de Hacienda doctor Juan J. Rodríguez, ante el escribano mayor de la Nación Manuel Ponce, e inscripto en la Oficina de Crédito Público y Departamento Nacional de Ingenieros. Primitivamente “La Vanguardia” tenía veinte mil hectáreas de superficie.

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Don Carlos Guerrero

Carlos Guerrero empezó a poblar la tierra de inmediato, siendo “La Vanguardia” unos de los establecimientos pioneros del departamento General Roca en la Provincia de Córdoba.
En esta estancia fue donde se colocaron los primeros alambrados y donde se instaló el primer molino de viento del Departamento.

Al referirnos a “La Vanguardia” debemos hacer una semblanza de Carlos Guerrero, ilustre argentino que injustamente ha sido olvidado a lo largo de los años, quien ha sido una figura señera en el hacer agropecuario de nuestros país.

Carlos Guerrero nació en la ciudad de Buenos Aires en 1847, hijo de Carlos José y Felcitas Catalina Cueto, su padre era natural de Alhaurín el Grande (Málaga–España). A los catorce años entro a trabajar con sus padres en tareas fluviales; desde 1874 empezó a dirigir algunos establecimientos rurales.

Guerrero fue quien introdujo en Argentina los primeros ejemplares de Aberdeen Angus y de la raza francesa Charoláis. Bregó durante toda su vida por el mejoramiento de la industria ganadera, rama en la que tenía amplios conocimientos dados los estudios realizados tanto en nuestro medio como en el extranjero. Guerrero también importo ejemplares de las celebre raza vacuna escocesa Polled Angus.

Los ejemplares vacunos criados en sus distintos establecimientos rurales lo hicieron merecedor de numerosos premios, obtenidos en exposiciones para ganaderos organizados en nuestro país. Llegó a ser el ganadero de nuestra nación que poseía mayor número de cabezas de ganado, distribuido en los distintos campos que poseía.

Fue también fundador de la primera fábrica de conservas que existió en Argentina.

Merced a sus gestiones se fundó la Liga Agraria, que presidió durante varios periodos.

Fue dueño, entre otros, de los establecimientos: San Antonio en Olavarría; Primavera en la estación La Nacional. La Penca, en Buena Esperanza; El Parque, en la Estación Chamaicó. Maria Ignacia, en la Estación Naón; Retaguardia, en Charlone. Elisa, en Banderaló; Soledad en Caldones; «La Vanguardia», en Buchardo; La Salada, en Castelli y la hermosa cabaña Juancho.

Ideó y construyó varios aparatos necesarios para sacar agua, como asimismo para marcar y amansar ganados y un bañadero para ovejas, por el cual obtuvo el primer premio de la Exposición Ganadera de Buenos Aires donde lo presentó, invento éste que entró a competir con otros de patente extranjera.

Participó de la vida política del país, en la cual se inició en su juventud, al lado de su pariente el doctor Adolfo Alsina, y cuando éste realizo la conciliación con la Unión Cívica de afilió a ese partido. Mas dice Julián de la Cal, “pero él ha pugnado desinteresadamente siempre por desarrollar una política agraria, que ampare seriamente los intereses de la producción. La Defensa Rural de la Provincia fue obra de la Liga Agraria en que Guerrero batalló incesantemente. Por eso, cuando se convenció de que el Partido Demócrata Progresista que en unión del doctor Demaría (padre) había iniciado él, buscaba alianzas con el bloque del Congreso, y que en él penetraban los conservadores que a su juicio eran la causa de la desgobernación de la Provincia, renunció al partido”. Fue candidato a diputado nacional por el partido que había fundado. En 1908 fue designado comisionado municipal de la Capital Federal.

En 1915, en Publicaciones Prácticas de Ganadería, Agricultura e Higiene Agropecuaria, recopiló y publicó una serie de artículos donde reflejan los conocimientos agrícola-ganaderos de Guerrero; los temas fueron: Miscelánea Ganadera, Las plagas del campo; La carne de caballo; Campaña contra la tuberculosis; El aballo criollo y el pura sangre; Documentos del Archivo de Indias; La matanza de vacas; Nuestro comercio de animales: Especulación del azúcar; Creación de bosques; Los trust de cereales y ferrocarriles; La conflagración europea; El problema de los desocupados; Los productores de Buenos Aires; La valorización en la Provincia; Tuberculinización de bovinos, etc. Diego Baudrix, al referirse de esta obra de Guerrero dice: “Revela una competencia nada común, adquirida en muchos años de práctica, en estudios y observaciones practicadas, no solamente en su país, sino en Europa, Estados Unidos de Norte América y Canadá, en las cuales se ha puesto en contacto con los hombres más eminentes en cuestiones de zootecnia, agronomía, veterinaria e industrias agrícolas, sirviéndole aquellas de guía en los estudios e investigaciones científicas que realizaban”.

Falleció en su residencia de Juncal 1081 en la ciudad de Buenos Aires, a los setenta y seis años, el 23 de enero de 1923, como consecuencia de un ataque cerebral sufrido días antes mientras se encontraba veraneando en su establecimiento rural Juancho. Carlos Guerrero estaba casado con María Ignacia Rodríguez Gaete, de cuya unión nacieron cuatro hijos: Charles, que falleció soltero; Héctor, casado con E. Quesada Urquiza; Felicitas, casada con Nicolás Mihanovich y María Teresa, casada con Jorge Llobet Cullen.

En estos momentos frente a “La Vanguardia” se encuentra Fernando Pedro Mihanovich, nieto de Carlos Guerrero, siendo su superficie actualmente de 9600 hectáreas.

Antes de terminar este capítulo debemos hacer algunas referencias a la figura de Charles Guerrero, hijo mayor de don Carlos; muy joven se trasladó a Europa, estudiando ingeniería en Suiza; ya con su diploma fue jefe de la obra del Simplón (paso de los Alpes, entre Valais y el Piamonte, a 2900 metros de altura, atravesando por una carretera y dos túneles de 19821 metros y 19801 metros respectivamente) y contratado para canalizar el río Nilo, volvió al país en 1904; en “La Vanguardia” organizó una ejemplar quinta de frutales; falleció en 1908 por efecto de una mordedura de víbora en San Antonio.

(Fuente: Reseña Histórica de BUCHARDO de Marta Núñez publicada en 1982 – transcripción del Capítulo “LA VANGUARDIA” Y DON CARLOS GUERRERO)

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Fernando P. Mihanovich

Fernando Pedro Mihanovich continuó con la difícil época que vivió el campo argentino sorteando la mala praxis económico,financiera y política que vivió Argentina sumado a una larga baja en los precios internacionales de los commodities y en especial el irrisorio precio que tenía la hacienda vacuna en el país. A pesar de ello y habiendo perdido una importante fracción de campo fue recuperando parte de lo perdido con la colaboración de sus hijos Juan Carlos y Pedro y con mucho sacrificio y dedicación hasta sus últimos días dejando una estancia armada.

En sus últimos años estudió y trabajo incansablemente en la radiónica (energías por radiación) para mejorar el medio ambiente del suelo, los cultivos, el criado y engorde de animales buscando alternativas no químicas para las soluciones de plagas, enfermedades y equilibrio de la naturaleza.

Falleció en la ciudad de Buenos Aires el 29 de octubre de 1997, quedando actualmente como titulares cuatro de sus hijos «Teresa, Juan Carlos, Javier y Pedro» conservando la tradición familiar desde 1881 por mas de 133 años a la actualidad de «La Vanguardia», junto a la invalorable presencia de su madre «Doña Sylvia María Muniz» como testigo de una importante etapa que comenzó allá por el año 1951.

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Teresa y Sylvia (Mamá)

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Juan Carlos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Javier

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Pedro